En los primeros 10 meses del 2010 ingresaron al país más de dos millones de turistas internacionales, lo que representa un incremento de un 0,4%, en comparación al mismo período del año 2009. Las divisas que aportaron los extranjeros fueron superiores a los US$1.380 millones y en términos generales, la industria creció un 2% en dicho período.
En cuanto a procedencia, se incrementaron las visitas de sudamericanos, norteamericanos, mientras que los europeos decidieron visitar otras latitudes. Importantes son estas cifras ya que son los extranjeros los que llegan buscando nuevas experiencias y explorar nuevos lugares en un país lleno de recursos y tesoros por descubrir.
Este es el Turismo de Intereses Especiales, una industria que crece y crece, que tiene programas de fomento e incluso un Cluster público-privado que se preocupa de definir líneas de trabajo para convertir a Chile en una potencia en esta materia.
¿Qué es?
Identifican perfiles laborales que necesita el turismo chileno
El Turismo de Intereses Especiales (TIE) hace referencia a aquellas actividades con valor agregado. Es decir aquellas que son una experiencia más que un simple paseo por algún bonito lugar del país, por ejemplo el turismo urbano, rural o agrícola, conocimientos gastronómicos, arqueológicos, culturales o astronómicos.
Busca centrar un destino y ligarlo a una actividad específica del turista, como por ejemplo la nieve y deportes acuáticos en la zona de La Araucanía andina y sus lagos, el turismo ligado a la naturaleza en la zona de la Patagonia y las Torres del Paine, o el rescate de tradiciones históricas y patrimoniales en destinos como el Altiplano o la Pampa. Con el TIE se intenta aumentar el número de ofertas más sofisticadas y que involucran mayor gasto del turista, sin dañar el ambiente.
Este tipo de actividades atraen a un 70% de los extranjeros que ingresan a Chile, quienes son de alto poder adquisitivo y llegan en busca de nuevas experiencias y de conocer la cultura y el alma del país, además de los recursos naturales.